6 de noviembre de 2018

SEMILLA DE AJEDREZ

Cubierta de Semilla de Ajedrez
Dice el autor de este libro en su prólogo que «la edición de esta Semilla de ajedrez está hecha, como en el título quiere indicarse, para guiar los primeros pasos de los que sin noción alguna quieran aprenderlo, poniendo en la obra de expansión del ajedrez este grano, que si fructifica y logra ayudar al fomento de esta afición, considerará, satisfecho, su propósito».


De Juan Bautista Sánchez Pérez, su autor, poco se puede saber a través de internet, salvo algunas referencias bibliográficas. Es autor, además del que comentamos, de los libros El ajedrez de don Alfonso X, el sabio (Tipografía La Franco-española; Madrid, 1929); Nómina de aperturas (Prensa Moderna; Madrid, 1930); Epítome de finales y problemas de ajedrez (Prensa Moderna; Madrid, 1931) y Diccionario Ilustrado de ajedrez (Imprenta de Cleto Vallinas; Madrid, 1934). Cuando internet me falla, yo recurro a Ricardo Lamarca Barrios, mítico editor, organizador y animador ajedrecístico madrileño, quien no suele hacerlo. Gracias a él supe que además de ajedrecista fue bibliófilo y autor de una obra extensa y variada en la que caben estudios cervantinos (El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha : ruta y cronología. Escelicer; Madrid, 1941), la paremiología (Libros humildes; dos refraneros del año 1541 : publicados nuevamente por Juan B. Sánchez Pérez. Imprenta de J. Cosano; Madrid, 1944)y los temas legales sobre propiedad intelectual (La propiedad industrial en España. Instituto editorial Reus: Madrid, 1945)

Tanto la fotografía como la caricatura de Rolo de Juan Bautista Sánchez Pérez son de la colección personal de Ricardo Lamarca.


Semilla de ajedrez fue impresa en Madrid en 1933, en la imprenta de Cleto Vallinas, sita en la calle de Luisa Fernanda nº 5, al precio de tres pesetas (0,02 €). Es, como se ha dicho, un libro de iniciación. Sin embargo, y pese a que el autor se disculpa por haber incluido un prólogo en el libro, lo más interesante para el lector moderno reside precisamente en ese prólogo y en el epílogo que cierra el volumen.

Portada de la primera edición de Semilla de ajedrez
En el prólogo aborda Sánchez Pérez dos temas. El de la Historia del Ajedrez, en el que da un somero resumen de las leyendas fundacionales del juego. Y el de la importancia del ajedrez en la educación de los jóvenes. En este aspecto se detiene en alabar la petición que un concejal del Ayuntamiento de Valencia, el sr. Feo, hizo para que se incluyera en el Bachillerato una asignatura dedicada al estudio del ajedrez. En este sentido, se detiene en la «Escuela del Mar» de Barcelona en la que el ajedrez es una parte esencial de la programación ya que, dice Sánchez Pérez, «su profesorado está convencido del gran desarrollo que el Ajedrez produce en la inteligencia infantil».

También comenta los aspectos positivos que el ajedrez tiene en la recuperación de los enfermos, en el mismo sentido que más de una década después Ricardo Lamarca desarrollará en Madrid.

Ajedrez terapéutico en el Hospital de San Rafael de Madrid
El epílogo es una artículo del director de la «Escuela del mar», Pere Vergés, sobre la importancia del ajedrez en dicha institución.

Entre otras cosas, Vergés afirma que el ideario de la escuela «es aceptar todas aquellas cosas que el mundo le ofrezca como instrumento de cultura». El ajedrez formaba parte de la estructura misma de la escuela y, remarca, «para nosotros tiene tanta importancia que los niños jueguen al ajedrez, como que lean un libro de su biblioteca o mantengan una conversación sobre cualquier tema». Y, por supuesto, niños y niñas juntos. En el Campeonato de la Escuela de 1933 participaron 83 niños y 42 niñas, un porcentaje que ni de lejos se alcanza hoy en día en los torneos infantiles. Vergés se enorgullece de la atención que Alekhine dispensó a la «Escuela del mar» cuando le informaron de su ideario.

Alumnos de la Escuela del mar jugando al ajedrez en la playa de la Barceloneta

Remata su artículo Vergés afirmando que «la intención de la Escuela no es formar campeones (...), sino aprovechar este juego para que pueda servir a nuestros niños de gimnasia intelectual, en la cual puedan sumergirse como en un mar sin fondo y a la vez les ayude en la vida».

Hoy en día, que tanto se habla de las transversalidades del ajedrez, se suele olvidar que ya hubo otros antes que nosotros empeñados en estos temas y que no es que seamos mas listos sino que simplemente caminamos a hombros de gigantes.

La «Escuela del mar» terminó mal, bombardeada en la Guerra Civil por la aviación franquista.

Entre prólog y epílogo, lo dicho: un manual de iniciación al ajedrez. El movimiento de las piezas, los mates simples, fundamentos de estrategia y aperturas, etc.



Resulta curioso, sin embargo, uno de los sistemas de anotación propuestos en el libro que parece anticiparse al código del Informator, hoy en día vigente en todo el mundo, solo que en el lenguaje descriptivo.  




4 comentarios:

  1. Que joya; ¿por que no lo reeditàis; seguro que triunfa, y a ese precio ni te cuento.

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  2. A ver si alguna editorial recoge el guante.

    Gracias por la visita,

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  3. Hola, esta persona era mi abuelo... y él me enseñó a jugar al ajedrez cuando yonera pequeño.Me llamo Raúl Sánchez

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    1. Hola, Raúl
      No he visto tu comentario hasta hoy y de casualidad. El blog lo tengo semi-abandonado desde la pandemia. Muchas gracias por tu visita.

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