«La Ilustración. Periódico universal» fue una publicación semanal, fundada y dirigida por Ángel Fernández de los Ríos, que se editó en Madrid entre los años 1849 y 1857. De temática variada —moda, estrenos teatrales, inventos, crítica literaria, sociedad— solía prestar atención fundamentalmente a temas de carácter costumbrista. Haciendo honor a su nombre, la redacción mostraba un especial interés en ilustrar gráficamente los artículos que publicaba.
En el número 50, publicado el 5 de octubre de 1850, «La ilustración» inauguró una sección dedicada al ajedrez, firmada por P. A. Cardaño y F. M. Redondo, de los que poco he podido saber. La intención que animaba a sus autores queda patente en las primeras líneas de su artículo, que constituyen toda una declaración de intenciones. Los resultados, lamentablemente, se quedaron lejos de cumplir con las espectativas creadas.
En este primer artículo dedicado al ajedrez (que, como vemos, en la época se escribía indistintamente «Ajedrez» y «Agedréz». Así, acentuado) se habló un poco del origen del juego y de su llegada a España y se describe el método que se va a utilizar para transcribir las jugadas. El sistema de anotación que van a emplear, al menos en sus primeras entregas, es el siguiente:
Las columnas están numeradas de izquierda a derecha con los números del 1 al 8. Y las filas de abajo a arriba del 10 al 80, en intervalos de 10. Para saber el numero correspondiente a cada casilla se deben sumar los guarismos correspondientes a la fila y la columna. Así, por ejemplo, a e4 le corresponde el número 45. Las piezas se clasifican alfabéticamente según su colocación. Mayúsculas para las piezas, minúsculas para los peones.
Además existían los siguientes símbolos:
— captura
X jaque
O-O enroque corto
O-O-O enroque largo
| cubre
)( jaque mate
Resulta muy curiosa la existencia de un símbolo para indicar que se cubre un jaque. Y también que en las capturas se tuviera que incluir una indicación sobre la pieza que se capturaba. Por ejemplo, un alfil en b5 que capturara un caballo en c6 se escribía F63—B
La revista incluía un diagrama para facilitar la comprensión de este sistema de anotación que realmente resulta algo farragoso:
Para practicar un poco, ponemos el inicio de una defensa siciliana:
1 e4 c5 / 1 e45 c53
2 ♘f3 d6 / 2 G36 d64
5 ♗d7 ♝d7 / 5 F74x—B C74|—F
La segunda aparición de la sección de ajedrez fue el 2 de noviembre de 1850. En este artículo se habló de cómo se sorteaban los colores al inicio de la partida, de las partidas con ventaja y se dio comienzo a la parte práctica. Publicaron las primeras jugadas de una partida, sin mencionar a los jugadores, disputada con una apertura Alapin, y un problema. Se anunciaba que tanto la continuación de la partida como la solución al problema aparecerían en un próximo artículo.
Estas son las jugadas publicadas con los comentarios originales:
Y este el problema:
SOLUCIÓN PARA EL NEGRO
El siguiente problema tendría que esperar hasta el 30 de noviembre de 1850. Una curiosa composición, firmada por M. Kling, en la que las blancas dan mate en 10 jugadas... pero moviendo el rey solamente. Me cabe la duda de que la M pudiera ser una errata y que el compositor fuera realmente Josef Kling, coeditor junto con Horwitz de «The Chess Player» justo en la época que nos ocupa y prolífico autor de problemas y estudios de fin de partida.
Este mismo número se incluía la conclusión de la partida iniciada en en artículo anterior y la solución al problema, en la que se tuvo que reconocer que el enunciado era incorrecto y que las blancas podían dar el mate en solo cuatro jugadas.
Este fue el problema de Kling:
Los lectores tuvieron que esperar hasta el 8 de febrero de 1851 para comprobar la solución del problema, que es la siguiente.
SOLUCIÓN
01. E54 E81
02. E45 E82
03. E36 E81
04. E26 E82
05. E27X E81
06. E36 E82
07. E45 E81
08. E54 E82
09. E63 E81
10. E73)(
Y a lo moderno:
Quizá para hacerse perdonar la espera el problema venía acompañado por un artículo sobre la ciudad alemana de Ströbeck (tema del que quiero ocuparme algún día) y su pasión por el ajedrez.
El siguiente artículo apareció el 29 de marzo de 1851. Básicamente dedicó todo el espacio disponible a lamentar la ausencia de España en el congreso ajedrecístico que se iba a celebrar en Londres, en paralelo al gran Torneo de Ajedrez organizado con motivo de la Exposición Internacional de 1851. En ese congreso se intentó unificar las reglas del juego, que aún mantenían pequeñas diferencias locales, y los modos de anotar las jugadas y se intentó acotar la duración de las partidas, para desincentivar a aquellos jugadores que empleaban más el culo que el cerebro. El torneo en sí vio la entronización de Adolf Andersen como el mejor jugador del mundo y nos dejó la joya conocida como «La inmortal», amistosa jugada por el propio Andersen y Kieseritzky en un descanso del torneo.
Y con este artículo se interrumpieron las publicaciones sobre ajedrez. Habría que esperar casi dos años para que se reanudaran.